No valen excusas

Como dirá Tomás Guasch dentro de unos meses, si es que no lo ha dicho ya: "dirán que nos echó del Mundial el árbitro, cuando en realidad se sospecha que no fuimos capaces de tirar una sola vez a puerta en 90 minutos". Esta vez no valen las excusas, España mereció perder y ya está. Y la derrota duele aún más porque venía precedida de una euforia desmedida y completamente injustificable, provocada por haberle ganado fácil a tres mindundis en la primera fase. Para probarlo, propongo un pequeño ejercicio mental: "Por 25 pesetas, nombre usted tres jugadores no españoles que jugaran en el grupo de España en la primera fase". Momentito de reflexión antes de seguir leyendo. A todo el mundo le saldrá Shevchenko. Uno. A los que recuerden los tiempos de Shevchenko en el Dinamo de Kiev quizás les salga otro, Rebrov. Dos. ¿A alguien que no sea Julio Maldonado se le ocurre otro? Pues eso.
Y, como diría el gran Antonio Ozores, cuidado que ahora viene lo gracioso. ¿A quién demonios se le ocurre jugar con Fernando Torres como único delantero? ¿Es que Luis no se da cuenta de que es incapaz de meter un gol?* ¿De que pierde el 95% de los balones que toca? ¿De que es incapaz de irse del último defensor? ¿De que necesita cincuenta ocasiones para meter una? ¿De que no es que tenga horchata en vez de sangre, sino que está como un par de niveles por debajo de la horchata? Yarrghh!
Sé que es muy fácil decirlo a posteriori, pero yo le habría dado una oportunidad (no llevándolo directamente al Mundial, claro, pero sí unos cuantos partidos antes a ver qué tal) a Roberto Soldado. Es mucho más 9 que Torres y Villa juntos, tiene ése instinto que sólo tienen los nueves de verdad, y sea en el Madrid o donde sea acabará siendo un gran delantero. Caramba, es que hasta Torpillo Portillo lo habría hecho mejor.
Esta vez cambió el dicho, ahora es "jugamos como siempre, perdimos como siempre". No está mal.

* Sí, vale, en el Mundial ha metido tres: uno cuando los ucranianos ya estaban completamente vendidos y con diez (injustamente, añado). Otro, cuando el gol de Raúl acababa de descolocar a los tunecinos, y después de fallar setecientas ocasiones. Y otro, con el penalty peor tirado de la historia (¿no será Fernando Torres suizo y nosotros sin saberlo?).