Hace ya tiempo que venía pensando en hablar del porqué de mi nick, y dado que un par de personas me han preguntado por él últimamente, creo que ha llegado la hora de contarlo (tampoco es como si hubiera ningún gran secreto detrás de él, vaya).
Mi nick al principio era simplemente LuTHieR, en homenaje a esos genios absolutos del humor y la música que son Les Luthiers (algún día hablaré largo y tendido sobre ellos). Me lo puse nada más comenzar en esto de Internet, allá por 1996 (caramba, hace ya casi diez años de todo aquello), cuando empecé a frecuentar el canal #les_luthiers en el IRC. Y aunque he intentado que este nick me acompañe siempre, parece que en el mundo hay o muchos fans de Les Luthiers (que los hay, y a muchos de ellos tengo el placer de conocerlos) o muchos constructores/ reparadores de instrumentos (que supongo que los habrá, pero no tengo el placer de conocer a ninguno).
Así que hace algún tiempo decidí ponerle un número detrás. Pero claro, no podía ser un número cualquiera. No me gustaba poner mi año de nacimiento (por obvio), mi edad (por no cambiar de email cada año) ni un simple uno o un dos (por riesgo a que en algún sitio también estuviera cogido, aparte de por lo cutre que queda). Y cuando me crucé con el 1729, lo tuve claro. Aunque, ahora que lo pienso, 42 tampoco habría sido una mala elección. Me encanta.
Mi nick al principio era simplemente LuTHieR, en homenaje a esos genios absolutos del humor y la música que son Les Luthiers (algún día hablaré largo y tendido sobre ellos). Me lo puse nada más comenzar en esto de Internet, allá por 1996 (caramba, hace ya casi diez años de todo aquello), cuando empecé a frecuentar el canal #les_luthiers en el IRC. Y aunque he intentado que este nick me acompañe siempre, parece que en el mundo hay o muchos fans de Les Luthiers (que los hay, y a muchos de ellos tengo el placer de conocerlos) o muchos constructores/ reparadores de instrumentos (que supongo que los habrá, pero no tengo el placer de conocer a ninguno).
Así que hace algún tiempo decidí ponerle un número detrás. Pero claro, no podía ser un número cualquiera. No me gustaba poner mi año de nacimiento (por obvio), mi edad (por no cambiar de email cada año) ni un simple uno o un dos (por riesgo a que en algún sitio también estuviera cogido, aparte de por lo cutre que queda). Y cuando me crucé con el 1729, lo tuve claro. Aunque, ahora que lo pienso, 42 tampoco habría sido una mala elección. Me encanta.
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